domingo, 22 de noviembre de 2009

Oscar...

Se sentía el chispeo de la vela en la habitación, su espiración era lenta y acompasada con interludios de suspiros que generalmente finalizaban en quejas. Parecía tan pequeña en medio de esa inmensa cama y su piel contrataba bellamente con las sabanas de satén negras. Solo relucía su piel como la luna llena en el cielo oscuro y sin estrellas. Oscar sentado en el rincón derecho, el mas lúgubre, la había contemplado por horas, cada detalle, cada movimiento el lo grabo en su mente, no quería perderse nada. Inhalo un par de veces para saborear su aroma, sonrió y susurro algo indescifrable.
-Amor mio estáis ahí?- se escucho de sus labios pálidos como la muerte, sus ojos se abrieron débilmente, recorrió la habitación y suspiro aliviada, sus escasos sentidos no lograron divisarlo. Ella acaricio sus muñecas rosando las heridas y su cuello morado que dejaba ver el dolor que sentía, su pecho desgarrado eran prueba del error, su rostro demostró el dolor al instante.
- Has dormido bien amada esposa?- se oyo con brusquedad des el rincón
-Oscar estáis aquí?- balbuceo nerviosa.-Muestrate por favor...-
-Estais impaciente amada, hubiera jurado que era todo lo contrario, despues de lo de anoche tu rostro no demuestra el deseo que tu voz quiere demostrar-
Ella defiguro el rostro y el temor fue directo a los ojos -Lo de anoche fue un error, que no volverá a suceder, no amor?. Solo fue una confusión que perdonare sin preguntas- dijo con voz nerviosa.
-Eso crees? Ariana lo de anoche fue solo el comienzo, hoy no seré tan amable, tu sabes lo que hiciste y pagaras por ello, ahora solo dame respuestas- Oscar se acerco a la cama con los ojos turbios de rabia y dolor pero su voz calmada y fría. Ariana rompió en llanto
-Tus lágrimas no servirán, ni retrasaran lo inevitable-
Ella pego un sobresalto de temor al escuchar esto ultimo y con el rostro empapado se ovillo en el rincón lejos de el. - La muerte es lo que llamas inevitable, mi muerte a la cual no tengo miedo, pero sabéis que mi vida esta en tus manos y tu eres el que decide si vivo o muero-
-No permitiré perdonarte, me engañaste y pagaras las consecuencias por eso. Pero no logro entender cual fue tu razón, cual fue la causa de tu traición, tenias todo conmigo-
-AMOR... Amor a ser libre, a elegir, a sentir el amor verdadero y no el impuesto. A pertenecer a alguien sin oblaciones-

Oscar lleno de rabia la sostuvo de los brazos abriendo sus heridas nuevamente -Veo que nunca entendiste, tu eres mía Ariana, mi alimento, mi amante, mis ojos, mi alma y has sido creada para mi, soy tu dueño y yo decido sobre ti. Pero me has traicionado y has sido corrompida-
-Se que esta noche he de morir y no pienso resistirme pero os suplico con todo lo que tengo que no le hagáis nada a a Henry, Que lo dejéis en paz, no es el culpable- sostuvo la mano de Oscar y repetidamente la beso suplicante, el la corrió con desprecio y limpio las lágrimas caídas sobre ella.- L amento oír eso amada mía, porque su destina ya fue decidido, la muerte ya se lo ha llevado, muy tarde para suplicas- su sonrisa dejaba mostrar sus colmillos, su rostro era la venganza y satisfaccion, la oscuridad era el y el odio su andar.
-Noooo!!! Maldito eres!!!! te maldigo demonio...-
Su furia la descargo a golpes y lágrimas contra el- mi Henry, mi amado Henry porque???-
-A tenido el mismo destino que tu vais a tener pronto, pero aun me sirves, hay algo en ti que deseo, Deja de llorar por ese humano- Oscar sostuvo su cuello hasta dejarla sin aliento, su pecho se esforzaba en tomar aire, casi desmayada logro sonreirle, el iracundo tomo su nuca y bebió de ella, la dejo sobre la cama en la misma posición que al principio y se coloco en el mismo rincón observando a su amada, sollozando, desgarrado de dolor...